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La Beta de un activo o cartera nos puede servir como estadístico para tomar decisiones de inversión basadas en riesgos.
Si los factores que han determinado las fluctuaciones del en el pasado, se vuelven a reproducir en el futuro mercado (riesgos sistemáticos), en condiciones normales del mercado, la Beta es un estadístico que nos puede ayudar a estimar el riesgo relativo que tiene un activo respecto a un índice de mercado de referencia (Benchmark).
¿Tienes dudas sobre qué es el coeficiente beta en finanzas? Ve al primer artículo de esta serie.
La Beta sólo nos informa de la sensibilidad de los riesgos sistemáticos de un activo o cartera respecto a cómo reacciona el mercado ante esos mismos riesgos. Por lo tanto, sólo nos sirve para estimar el nivel de sensibilidad ante estos riesgos respecto del mercado.
Si sólo tenemos la información que nos da la Beta, sólo podemos determinar si un activo o cartera tiene más o menos riesgo que un mercado determinado representado por un índice. En este sentido sólo nos ayuda a ordenar los activos o cartera de activos en función de una mayor o menor sensibilidad (riesgo).
Pongamos algunos ejemplos para el caso de un Fondo de Inversión cuyo índice de referencia es el S&P 500:
Si además de la Beta, tenemos la información de la volatilidad del índice de mercado en el que está incluido ese activo o sirve de referencia a esa cartera de activos, podemos estimar el riesgo total de un activo o una cartera.
Este ejercicio lo podemos realizar siempre y cuando el activo o cartera estén adecuadamente diversificados (casi eliminando los riesgos únicos del activo o los activos de la cartera). De no ser así estamos subestimando el riesgo total, pues no hemos tenido en cuenta los riesgos únicos.
Pongamos algunos ejemplos que podrían servir para conocer los riesgos de un Fondo de Inversión, suponiendo que la volatilidad de un índice determinado fuera del 20%:
En el caso de un inversor avanzado los riesgos sistemáticos para un determinado activo o para la totalidad de la cartera, se pueden reducir para un momento determinado o estructuralmente.
La reducción de los riesgos sistemáticos se puede materializar de diversas formas mediante la debida utilización de derivados financieros (por ejemplo: opciones y futuros), tomando posiciones contrarias al mercado.