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El valor y el precio de un activo financiero son dos conceptos diferentes y gracias a esa diferencia es por lo que se realizan transacciones de compra y venta en los mercados financieros.
El valor es un concepto subjetivo y corresponde a la percepción que tiene cada inversor sobre la capacidad que tiene cada activo de generarle beneficios en el futuro.
Existen diferentes tipos de aproximaciones a este análisis del valor y corresponde a los diferentes métodos que tienen los inversores en aproximarse a los mercados en busca de la evolución futura de un activo. Simplificando para poder explicar resumidamente estas aproximaciones podemos establecer estos tres tipos:
Hay inversores que no realizan ningún tipo de análisis individualizado de los activos porque creen que el mercado es suficientemente eficiente, y no compensa realizar este análisis pues el valor de un activo en el mercado ya está reconocido adecuadamente por este.
Estos inversores, esperan que el mercado en su conjunto, o una categoría de activos evolucione favorablemente. El valor de un activo en concreto no es tan importante como la evolución futura de todo un mercado o una clase de activo en su conjunto.
Estos inversores tienen un enfoque a largo plazo. En esta categoría estarían los fondos indexados y los ETF’s.
Los inversores basados en el análisis técnico y también en el chartismo (generación de líneas y gráficos para identificar tendencias), tratan de identificar patrones de comportamiento sobre la evolución futura del precio de un activo a partir del comportamiento histórico del precio de este.
Para estos inversores el valor de un activo es simplemente la diferencia entre el precio actual en el mercado y el precio al que estiman puede alcanzar en el mercado en un futuro.
En este caso, existe valor cuando se puede sacar beneficio por la compra-venta de un activo en momentos diferentes del mercado, en la mayoría de casos enfocados en el corto plazo. El trading estaría dentro de este tipo de aproximación.
Otros inversores, analizan en profundidad la situación económico-financiera de una empresa, su entorno, económico, social y político y la evolución futura de estos parámetros para calcular la capacidad que tiene una empresa en generar beneficios en el futuro.
Este tipo de inversores esperan detectar un valor intrínseco de una empresa superior al que le concede ahora el mercado y que el mercado en un futuro reconozca ese valor aún no reconocido.
Estos inversores se enfocan en el largo plazo. El Value Investing y la gestión pasiva no indexada estarían dentro de esta categoría.
El precio de un activo es el consenso del mercado sobre el valor que tiene un activo en cada momento. En el mercado, se realizan transacciones cuando existen discrepancias entre el precio en el mercado de un activo y el valor que cada inversor asigna a un activo.
Un inversor compra cuando cree que el valor de un activo es superior al precio que tiene actualmente el mercado y quién lo vende piensa lo contrario. Cuando en el mercado hay más inversores que están dispuestos a comprar un activo a un precio determinado respecto a los que están dispuestos a vender a ese precio, el precio de un activo sube hasta el punto que esa diferencia entre el valor que se le asigna y el precio que pueden comprar desaparece. Lo contrario sucede cuando hay más inversores que están dispuestos a vender a un precio determinado respecto a los que quieren comprar a ese precio.
El consenso en el mercado es quien fija el precio. La suma de todas las diferentes opiniones sobre el valor de un activo y que provoca que haya transacciones en los mercados financieros, es lo que va fijando los precios de los activos en los mercados en cada momento.
Como vemos el precio es una variable objetiva fruto de una transacción de compra-venta y el valor es subjetivo pues depende del análisis particular que hace cada inversor.
Los tres tipos principales de inversores antes descritos tienen influencia en la fijación de precios en los mercados, pero no todos aportan lo mismo:
Si empezamos por el primer tipo, los que creen en la eficiencia de los mercados, estos no realizan ningún tipo de análisis individualizado de cada activo y, por tanto, no intervienen en la diferenciación entre los precios de cada activo dentro del mercado.
Los instrumentos que materializan esta visión de los mercados (fondos indexados y ETF’s) y el tipo de gestión correspondiente, provocan movimientos en bloque en el mercado o clase de activo que buscan replicar.
Cuando los inversores invierten en estos instrumentos ese dinero entra en el mercado o clase de activo que intenta replicar y provoca una subida en bloque de ese mercado, sin diferenciación entre los diferentes activos que componen el mercado. Y ocurre lo contrario cuando los inversores, normalmente debido a las perspectivas económicas, desinvierten en este tipo de instrumentos.
El segundo tipo, los que analizan el comportamiento histórico del precio de un activo y buscan tendencias y patrones de comportamiento, actúan en el mercado en función únicamente de las expectativas del precio de un activo. Con lo que su función en el mercado de ajustar el precio de un activo a su valor intrínseco es inexistente.
Su influencia en el mercado existe, pero corresponde a tendencias de comportamiento y sentimiento de los inversores ante situaciones del mercado más que esa función racional de análisis del verdadero valor de un activo.
Los del tercer tipo, son los que verdaderamente ayudan a un correcto ajuste en y entre los diferentes activos que forman un mercado. Estos creen que con su análisis en profundidad de un activo son capaces de detectar ese valor no reconocido en el precio y por eso invierten en ese activo.
La suma de todas las opiniones de estos analistas son los que configuran una adecuada valoración de un determinado activo en el mercado vía el precio que tiene ese activo en cada momento.
Lo curioso es que cuantos más analistas siguen un activo y más opiniones hay, menos sentido tiene hacer un análisis pues el precio que tiene el un activo en el mercado se ajustará más a su verdadero valor. Esa oportunidad de detectar la posible diferencia entre el valor intrínseco de un activo y su precio de mercado tiende a desaparecer.
Para que los mercados financieros cumplan su función económica de captar recursos vía capital para aquellas empresas con mejores perspectivas de futuro, tiene que haber muchos analistas que crean que los mercados no son suficientemente eficientes a la hora de asignar vía precio el valor que le corresponde y por lo tanto realicen este análisis.
Cuantos más analistas crean que el mercado no realiza ese ajuste correctamente, mejor será el ajuste entre valor y precio en los mercados financieros.
El análisis en profundidad que se realiza de un activo mejora la asignación de recursos en los mercados financieros, ya que con un mejor ajuste entre el valor intrínseco de un activo y su precio de cotización, se tiende a premiar mejor, vía incremento de sus precios, a aquellas empresas con un potencial de crecimiento robusto en el futuro.