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Encontramos mucha información en las redes sociales sobre qué es la volatilidad, pero muchas veces por intentar resumirlo demasiado, no se explica suficientemente para poder utilizarla en la toma de decisiones de inversión. Esto es especialmente cierto en el caso de un inversor que quiere avanzar en su conocimiento sin tener que adentrarse en términos demasiado complejos para sus propósitos.
La volatilidad histórica es el estadístico más popular para estimar el riesgo del mercado de un activo financiero (fluctuaciones de ese activo en el mercado). Aunque existen otros estadísticos más adecuados y entendibles, la volatilidad histórica es el indicador que resulta más familiar para un inversor particular.
En realidad, es un estadístico que mide la incertidumbre y se utiliza como una aproximación al riesgo de mercado histórico de un activo financiero.
La volatilidad histórica se calcula en base al comportamiento histórico de un activo, midiendo la intensidad de las variaciones de precio de un activo entre dos fechas determinadas para un determinado tiempo. Normalmente se expresa en términos anuales. La información que nos da es la dispersión de rentabilidades históricas en torno a la rentabilidad media de un activo financiero. También se aplica para una cartera o conjunto de activos o un índice de bolsa de un determinado mercado.
Para su cálculo se asumen ciertas hipótesis sobre el comportamiento del mercado como por ejemplo que las rentabilidades de un activo se comportan siguiendo una distribución normal (con la simetría en el comportamiento que supone asumir la normalidad en la distribución de las rentabilidades).
Por lo tanto, nos informa tanto de las desviaciones positivas como negativas en torno a la rentabilidad media histórica asumiendo simetría en la dispersión de los resultados. Es por esta razón que es un indicador de incertidumbre pues nos indica el grado de variación tanto positiva como negativa. Desde el punto de vista de riesgo nos interesaría únicamente la parte negativa, pero en este artículo le daremos un sentido práctico para su aplicación en la toma de decisiones de riesgo.
Como muchos de los estadísticos que utilizamos, a partir del análisis histórico intentamos caracterizar un activo, y lo utilizamos también para tomar decisiones de inversión en el futuro.
En el caso de la volatilidad nos sirve para medir el grado de incertidumbre. Con la información que un inversor particular normalmente dispone y que es el dato de volatilidad expresado en un porcentaje, sirve únicamente para identificar y ordenar los activos en función de su incertidumbre. A más volatilidad se entiende que existe más incertidumbre.
Pero la volatilidad nos puede suministrar más información que nos ayude a entender el comportamiento de un activo para la toma de decisiones de inversión.
Antes de nada, hemos de saber que la volatilidad nos informa de la dispersión de las rentabilidades en torno a la rentabilidad media en un año, contemplando el 68% de los casos posibles. Esto quiere decir que, si estamos interesados en utilizar la volatilidad como medida de riesgo, existe un 32% de los casos que no están contemplados en el estadístico volatilidad (un 16% para los casos positivos y un 16% para los negativos).
Si sabemos la rentabilidad media histórica de un activo financiero, la volatilidad se puede traducir y nos puede ayudar a entender mejor la incertidumbre que lleva implícita este activo. Podría resultar de gran utilidad para estimar los riesgos de un Fondo de Inversión, acciones o cualquier otro tipo de activo de nuestra cartera de inversión.
Por ejemplo, si nos informan de que la volatilidad de una acción es del 20%, y su rentabilidad media histórica es del 8%, podemos decir que el 68% de los casos observados las rentabilidades de ese activo se han situado entre el -12% (8% – 20%) y el +28% (8% + 20%).
Para la toma de decisiones de inversión, si asumimos que los factores que han provocado las fluctuaciones históricas de un activo se van a reproducir en el futuro, podríamos afirmar que existe un 68% de probabilidades que la rentabilidad de ese activo en el futuro se sitúe entre el -12% y 28%.
Para un inversor con un horizonte temporal de inversión a largo plazo, teniendo en cuenta que sólo se contempla el 68% de los casos posibles y que en situaciones de estrés en los mercados las caídas pueden darse fuera de este rango de probabilidades, la volatilidad puede ayudarnos a entender la incertidumbre:
Es importante saber que existen indicadores de riesgo que son más adecuados para medir el riesgo de mercado y en todo caso resultan complementarios para llegar a caracterizar el riesgo de mercado de un activo financiero y que abordaremos en otros artículos. Algunos de ellos son:
Por último, remarcar que para tomar decisiones de inversión en activos o productos financieros no podemos basarnos en las expectativas de rentabilidad.
El riesgo es la base para la toma de decisiones de inversión y en todo caso si queremos tomar decisiones en base a expectativas de rentabilidad, sería necesario disponer de la información de la rentabilidad en relación con el riesgo que se está dispuesto a asumir. Aquí entran todas las ratios de rentabilidades ajustadas a riesgo. Por ejemplo los ratios de Sharpe, Sortino, Treynor, Información…